sábado, 10 de febrero de 2007

AL PRINCIPIO ERA YO


POR GUSTAVO H MARTÍNEZ



LOS TIEMPOS SOCORREN LAS DISTANCIAS ESTIPULANDO ENTRE LAS LUCES VENDIBLES UN LUGAR PARA ARROJARSE EN LOS MOMENTOS DE SOLEDAD Y -- NOCTAMBULIDAD, ESPACIOS COMO ESTE EN EL QUE NADIE ES CONCIENTE DE SU SER, MÁS QUE DE SU SOLEDAD DE INEXPRESIVAS ALAS.
¿QUIEN CONOCE A SILVIO?,¿QUIEN SE A VISTO EN AYAX MUTILANDO UN ANIMAL DE CARGA?, ¿QUIEN SE HA MOFADO DE DIOS?... O ¿QUIEN NO ES EL ARLEQUÍN DEL CREADOR?

LOS SECRETOS, QUE SE ESCONDEN TRAS LA FRiALDAD FACIAL DE UN ICEBERG; FLUYEN EN LOS PORTALES DE LA RED, DERRUMBANDO LOS TERRORES DEL INQUIETANTE PROTOCOLO, DERRIVANDO TAMBIÉN LAS MIRADAS Y SONRRISAS QUE COHIBEN AL ANIMAL, LA BESTIA QUE FINGE SOMNOLIENTA SU QUIETUD TRAS EL "SUPER YO", DEL VIEJO FREUD

MIS SECRETOS, MIS ANTICIPADOS ANHELOS, MI TRAGEDIA, ANGUSTIA KIERKERGARDIANA, SE DIBUJAN AQUÍ, EN ÉSTE INICIO DE TEMBLOR PROFUNDO, EN ESTA PARODIADA REPRESENTACIÓN DE VIDA, ESTOY AQUÍ, CAMINANDO COMO SIEMPRE Y TAN TERRIBLEMENTE YO.

DE TRAGEDIA, OLVIDO Y OTRAS BESTIAS DE DESTRUCCION MASIVA

POR GUSTAVO H MARTÍNEZ
A: P. PIÑON GAYTAN




Desafortunadamente la memoria de los que vivimos en lo global es limitada y dado que los cristianos son víctimas de este vendible suelo multicolor, dicho mal resulta tristemente aún más penoso. Y hace mas de un año que las noticias pasaron por varios días haciendo del conocimiento de millones de teleespectadores los trágicos sucesos de los mineros en Pasta de Conchos, Coahuila; primero, la expectativa alimentaba la esperanza, pero luego, tanto, cuanto corrían los días, ésta expiraba junto con las posibilidades de que existieran sobrevivientes y amargamente también expiraba una supuesta conciencia colectiva de justicia que latía en aquellos momentos de “solidaridad” nacional.

Los medios dejaron al descubierto infinidad de injusticias inscritas en un monte de corrupción e inequidad del que las personas, obreros y familiares eran víctimas. Carlos Loret y Javier Alatorre hacían severas “críticas” -o más bien comentarios- acerca de la calidad de vida de los habitantes de Pasta de Conchos, incluso uno de ellos, sacó en una ocasión un billete de cincuenta y otro de veinte pesos, los mostró e hizo la pregunta al aire, ¿cómo es posible mantener a una familia con esto?; en las iglesias se rezaba, las mujeres piadosas pedían a Dios y nunca faltó un comentario al respecto; la indignación ante tales condiciones de vida se hacía presente. Pero en lo globable, todo se pasa, los medios masivos pusieron luego más cuidado en otras cuestiones que fueron, “más importantes” tal vez, “más escandalosas” o probablemente más sangrientas, pero que en definitiva y evidentemente, más redituables y como nuestro amigo Loret, el buen Alatorre y el experimentado Dóriga no hablan más del tema, la conciencia colectiva se ha desvanecido.

Con esto, resulta irrisorio cómo los ánimos de muchos “cristianos” cambian al ritmo de lo que les place a los medios masivos de comunicación, resulta aterrador cómo el sujeto que enciende las noticias se vuelve objeto del monstruo mediático; más catastrófico resulta que la conmiseración que se llega a tener sea producto de lo que se dice en las noticias y no del insoslayable dolor que todos los días tenemos frente a nosotros, pues en Coahuila no vive toda la gente que sobrevive con setenta pesos –recordemos que el salario mínimo es aún menos de setenta pesos- ni con cincuenta, ni sin empleo. Más aún, en lo que a “creyentes” cristianos se refiere, he de recordar que –se supone- no es tan sólo la aportación dominical en la iglesia, ni la asistencia a los ritos de pascua, ni el ayuno, la práctica esencial del cristianismo, sino el “amaos los unos a los otros” siempre frente a esa enorme tentación del individualismo, donde la dinámica de la fe se convierte en risible protocolo de silenciar conciencias.

DE LIMOSNA, DISLOCACIONES NOMINALES Y OTRAS PRACTICAS DE MISERICORDIA

POR GUSTAVO H MARTÍNEZ



Sin ahondar en el problema del lenguaje, importante es tener en cuenta que, dada su naturaleza cultural, éste ha tenido a lo largo de la historia innumerables alteraciones en las que el sentido de las palabras, dependiendo de la región y su situación cultural, es interpretado, en ocasiones en modo peyorativo, tal es el caso del vocablo limosna, mismo que en la actualidad, es utilizado en sentido coloquial para designar aquella donación -generalmente monetaria- que es aportada en actitud no propiamente caritativa, asimismo, limosnear, lleva consigo la connotación despectiva por calificarse culturalmente como un acto deshonroso.

Paradójicamente la definición nominal del término (limosna) encierra un carácter virtuoso, razón por la cual, la liturgia y la enseñanza de la Iglesia la ha utilizado a lo largo de varios siglos, rescatando así el sentido etimológico extraído de la enseñanza de la Sagrada Escritura.

Limosna -del latín eleemosy̆na y a su vez del griego elemosyne (ἐλεημοσύνη)- significa –misericordia- compasión o piedad[1]; en el Nuevo Testamento, se vincula con una actitud de misericordia; además, traduce al hebreo sedaqa que significa justicia[2].

Ahora bien, retomando la cuestión lingüística no sobra reiterar que debido a que su interpretación actual tiene carácter despreciativo, ya en la actualidad el término es poco utilizado en las comunidades parroquiales que han adoptado el término colecta, sobre todo en las celebraciones litúrgicas, como sinónimo, el cuál, aún cuando también es utilizado en el Nuevo Testamento (por lo menos escasas veces) en relación con la caridad, en sentido nominal (colecta) significa tan solo reunir.

La limosna, es junto a la oración y el ayuno, además una de las prácticas fundamentales de los judíos, misma que es también, no sólo practicada por Jesús[3], sino explícitamente exigida.[4] Las alusiones bíblicas en éste sentido son diversa, subrayando que es dirigida al padre que ve lo secreto y realizada en secreto[5]. El Catecismo de la Iglesia Católica recuerda además que es un modo de penitencia interior y explica que “expresa la conversión con relación a los demás”, así como el ayuno la expresa en relación con sigo mismo y la oración (en relación) con Dios[6]; dichas prácticas son en conjunto, sugeridas por la Iglesia de modo especial -en el calendario litúrgico- en el tiempo de cuaresma. Otro punto que exalta el Catecismo al referirse al término (limosna) es el que tiene que ver con las fuentes de la moralidad, recordando que si alguien persigue un fin malo, un acto, como dar limosna, que en sí mismo es bueno, “se convertirse en malo”[7].

Ahora bien, las observaciones mencionadas no resultan absurdas en tanto que esclareciendo el significado de la palabra pueden ofrecer elementos al lector que le permitan acoger de modo más fiel el mensaje, en éste sentido, no es la palabra, sino el marco contextual bíblico y de la –interpretación y- enseñanza del Magisterio de la Iglesia.





[1] Cfr. PABON S. DE URBINA, JOSÉ M.,Vox, Diccionario Manual griego-español, Editorial Bibliograf S. A.,17ª Ed., Barcelona 1989 pp.194
[2]Cfr. LÉON-DUFOUR, Xavier, Diccionario del Nuevo Testamento, Ediciones Cristiandad, S.L.,1ª Ed., Madrid 1977, pp. 284 ss.
[3] Cfr. Jn. 13, 29.
[4] Cfr. Lc.12, 33.
[5] Cfr. Mt. 6, 1-6.
[6] Cfr. CATICA1434
[7] Cfr. CATICA 1753

TRAS EL "PSEUDO" DE LA IZQUIERDA

Tras el pseudo de la izquierda

Por Gustavo H Martínez



Hacen ya varios meses desde aquella jornada electoral que pudo ser calificada como trágica si los mexicanos hubiésemos sido engañados por aquel insensato y pseudo político que tras sus oníricas y alucinógenas promesas de campaña guardaba un aberrante proyecto alternativo de nación óptimo tan solo para la desgracia de los mexicanos.

Tan solo basta hacer un recuento de los daños que han causado los representantes de la llamada izquierda mexicana tras haber perdido las elecciones de los comicios electorales del pasado dos de julio para darnos cuenta que nuestro país se ha librado de una repugnante plaga que movilizó a cientos de mexicanos engañados, llamada Andrés Manuel López Obrador.

Hace un año, cuando las encuestas, aun le favorecían, algunos de los analistas consideraban que la tendencia de AMLO estaba reforzada por millones de mexicanos que en su mayoría pertenecían a clases media-baja y baja. Más tarde, según las estadísticas ésta última era quien soportaba electoralmente la campaña del tabasqueño y casi finalmente se dijo que las personas de menores recursos y escaso acceso a la educación seguía apoyando al demagogo perredista lo cual hacía suponer que las personas con menores elementos de comparación y menor nivel educativo era quien le seguía en el supuesto paso a la re-fundación del estado, sin embargo, a más de seis meses los mexicanos constatamos que no hace falta un elevado nivel académico ni de sapiencia para observar que las absurdas estrategias políticas de los operadores de Andrés Manuel y las del mismo Obrador fueron ineficaces. Además, este hecho nos hace constatar la escasa o nula vocación política del que fuera candidato a la presidencia por parte del PRD y sus secuaces.

Si los mexicanos hubiésemos votado por aquel simpático y canoso ser que hablaba de chachalacas y de mandar al diablo a las instituciones entre otras barbaridades, ese dos de julio pudo haber sido uno de lo más trágicos de nuestra historia, el principio de un gran régimen de intolerancia y retorno a un verdadero presidencialismo.

Es cierto que el sueño de la equidad es inmensamente atractivo, que el estado necesita de manera urgente una reforma, que la corrupción duele en los rostros de niños con hambre y ancianos olvidados, que el desempleo es una aterradora realidad, sin embargo, aquella tesis de la lucha de clases ha sido superada, el panorama mundial es distinto a aquel glorioso 68 donde los jóvenes y los iconos revolucionarios repartían panfletos subversivos y anhelaban una pizca de libertad de expresión. Los tiempos en los que vivimos exigen una revolución distinta al de la lucha armada, una revolución inteligente que no nos excluya del mercado global, necesitamos competitividad, trabajo, fomento a la inversión, un buen estado de derecho, y la reforma del estado a partir de una propuesta antropocéntrica, no de juegos verbales que desestabilizan y polarizan al país. Satanizar el proyecto neoliberal poco ayuda, sobre todo cuando las demás alternativas son inviables frente al proyecto global.

A seis meses de habernos salvado de regalarle nuestro voto al también llamado Peje y luego de que éste intrépido personaje de la política mexicana nos divirtiera hasta el llanto con su original espectáculo legitimate-circus en el zócalo, en Reforma y en otros sitios sería interesante –o tal vez necesario- que anotáramos los vergonzosos acontecimientos como la toma del congreso, el apoyo a la violencia de la APPO y similares, en la libreta de nuestra memoria para no caer nuevamente en errores de la misma naturaleza. O ¿usted que piensa?

MOUNIER Y EL PERSONALISMO

POR GUSTAVO H MARTÍNEZ

Los trabajos de Emmanuel Mounier se ubican en un periodo no poco turbio: las dos guerras mundiales. Sin embargo, como Mounier Observa “la doctrina personalista en plenitud surge con el cristianismo”[1], de éste modo, no se adjudica la autoría de ésta línea de pensamiento, sino que se postula como descubridor de éste, una muestra clara la encontramos en, Tareas actuales de un pensamiento de inspiración personalista de noviembre de 1948[2], uno de los innumerables artículos de la revista Espirit -revista fundada por Mounier- en el que expresa, además de un claro compromiso social la exposición de su filosofía:

Hay que concluir […] que el personalismo debe ser el invento de una época, un montaje de escuela?, espero no se diga tal tontería. Y espero también que no se haga definir el personalismo: al echar demasiado pronto sobre él la zarpa del entendimiento, haríamos de él nuestro objeto, constituido por nosotros, para nosotros, siendo así que lo consideramos una traición y un descubrimiento en doble sentido, una corriente cargada del pasado e incierta de futuro, y que sólo ofrecerá su perfil definitivo en la consumación de sus promesas.[3]

Y continúa, no sólo, deslindándose, como se menciona anteriormente, de la autoría de ésta corriente de pensamiento, sino que aplica una carga histórica que sustenta -y explica- los elementos más significativos del personalismo, destacando que éste es -no una invención sino- una constante histórica que se demuestra sin el título de personalismo:

¡Cuántos profesores! ¡Cuántos americanos! Aunque ignorando hasta ahora, estos títulos de nobleza, tenemos sin embargo, nuestra pequeña tradición: Sócrates, el cristianismo, el largo esfuerzo de Europa para imponer al hombre sobre el mundo e insertarlo en el mundo, aún discerniéndolo del mundo. Un día, sin duda, iremos a extraer de ésta poderosa herencia una antología de clásicos del personalismo: para mostrar que no somos pequeños inventores: Este esfuerzo por distinguir el universo personal –el universo humano- del universo a secas y este segundo universo aquel hombre suscita mediante múltiples alienaciones contra su propio advenimiento, aparecerá como el eje de pensamiento y de acción de una humanidad poco consiente de sus fines, o, al menos como una aproximación de su destino.[4]

Como es sabido, el aspecto ético de cualquier línea de pensamiento se desprende también, como ya hemos dicho, de la antropología de que se hable, y en éste sentido se hace bastante interesante la referencia que se puede hacer acerca del personalismo en donde, lo ético es más evidente, pues éste rubro está estrictamente relacionado con la misma definición, así, el discurso ético toma especial fuerza y conserva especial valor.

Desde el título personalista podemos asumir lo que ya se ha mencionado en la última cita: la persona está en el centro de ésta antropología; aún así es evidentemente válida la pregunta: ¿Qué es persona?

Señala Teófilo Urdanoz –y es una crítica recurrente y un punto de discusión a sus trabajos, al hablar al respecto, que “Mounier […] se pierde en una selva de descripciones fenomenológicas, una serie de caracterizaciones sobre la constitución de la personalidad psicológica de hombre que llevan a una gran confusión”, sin embargo, consideramos, que en esto se encuentra, en gran medida, la particularidad de la naturaleza humana con su carga biológica, su integridad afectiva y emocional aunada a una realidad personal y también específica, asumida en gran modo por el “yo y mis circunstancias” de Ortega y Gasset y su riqueza en cuanto a ser creado, pues como señala Mounier que el termino persona, no es objeto:

[…]de verdadera definición. Siendo persona, la presencia misma del hombre, su característica última no es susceptible de definición rigurosa. Ella se revela mediante una expresión inmediata de una sustancia, sino la experiencia decisiva, propuesta a la libertad de cada uno; no la experiencia progresiva de una vida, la vida personal. Ninguna noción puede sustituirla.[5]

Sin embargo, en Manifiesto al servicio del personalismo “define” su concepción de persona:

Una Persona es un ser espiritual constituido como tal por una forma de subsistencia y de independencia en su ser>. Mantiene esta substancia mediante su adhesión a una jerarquía de valor libremente adoptados, asimilados y vividos en su compromiso responsable y en una constante conversión; unifica sí toda actividad en la libertad y desarrolla por añadidura, a impulsos de actos creadores, la singularidad de su vocación>>[6]

Ahora bien, si nos referirnos al discurso ético deslindado de los trabajos filosóficos de Mounier, apreciaremos en ciertos puntos una tendencia hacia una realidad menos particular –en cuanto a individualidad humana- de lo que expresa en su aproximación al término personalismo, debido a que en diversos momentos su crítica se aboca a los temas socio-políticos de especial relevancia de su contexto histórico, lo que ha llamado “desorden establecido”. Consideramos que es más bien que en estos trabajos, sí se refiere a la persona y su dignidad, pero más bien desde su característica comunicativa expresada en un contexto social.[7]

El título que Emmanuel Mounier utiliza para “distinguir” o “identificar” su personalismo es Personalismo Comunitario ya desde los artículos que van de 1932 a 1935, Revolución personalista y comunitaria que contienen todo el programa de acción del movimiento Espirit, así, el personalismo al que nos referimos, no termina con un mero análisis de la persona, lo cuál señala Urdanoz, no tendría sentido para él, pues la persona es esencialmente de naturaleza comunitaria y se proyecta en los distinto niveles de la comunidad, y la estructura social que deben de ser conformadas a partir de las exigencias propias de la naturaleza humana.

La crítica de los sistemas opuestos al personalismo es el punto de partida de la doctrina de Mounier[8], apunta Urdanoz, además recuerda que en el Manifiesto encabeza ésta crítica: El mundo moderno, contra el personalismo.

Aquí, primeramente, critica al individualismo, el cual considera como visión estrecha, una decadencia del individuo. El espíritu burgués implica la corrupción de los valores espirituales, sustituyéndolos por una insaciable aspiración a las riquezas materiales y al poder con la opresión de los pobres.[9]

La situación histórica de Mounier es la del fascismo italiano y nazismo y en éste sentido expresa al día las críticas contra éstos sistemas y cualquiera que fuese totalitario, pues son contrastantes a lo que postula el personalismo con la libertad como valor principal de la persona. El fascismo, como dominio de lo irracional y opuesto asimismo a la primacía de lo espiritual. El fascismo minimiza el valor de la persona, e impone a las masas un sistema opresivo que destruye sus libertades.

También rechaza al comunismo marxista por haber en su argumentación primigenia una negación metafísica, así de lo espiritual y de la existencia de verdades eternas y valores trascendentes al individuo.










[1] URDANOZ, Teófilo, Historia de la Filosofía VIII, BAC 2ª ed. Madrid MCMXCVIII, p.504

[2] Este informe fue presentado por Mounier en el congreso que la revista Espirit celebró el mes de julio de 1948
[3] MOUNIER, Emmanuel, Mounier en Espirit, colección Espirit no. 26 Caparrós editores, Madrid 1997 p. 91
[4] MOUNIER, Emmanuel, Mounier en Espirit, colección Espirit no. 26 Caparrós editores, Madrid 1997 p. 92
[5] URDANOZ, Teófilo, Historia de la Filosofía VIII, BAC 2ª ed. Madrid MCMXCVIII p. 305
[6] La vocación central* del hombre es la de ser una persona en situación de comprometerse libre y responsablemente y capaz de vivir una vida espiritual.
* MOUNIER, Emmanuel, Mounier en Espirit, colección Espirit no. 26 Caparrós editores, Madrid 1997 p. 92; dice M.: Decimos central y no última para reservar la inserción suprema de ésta perspectiva cristiana. Para todo lo que sigue, ver desarrollos mas amplios en los números dedicados a la revolución personalista y a la revolución comunitaria (diciembre, 1943-Enero 1945)
[7] Durante la guerra de España, Mounier adopta una postura a favor de los republicanos y en contra de los nacionales, además de admitir, cierto nexo con exiliados comunistas.
[8] URDANOZ, Teófilo, Historia de la Filosofía VIII, BAC 2ª ed. Madrid MCMXCVIII p. 378
[9] URDANOZ, Teófilo, Historia de la Filosofía VIII, BAC 2ª ed. Madrid MCMXCVIII p. 379

DIEZ DE 1

POR GUSTAVO H MARTÍNEZ

Aprendí nuevas melodías nuevos momentos
descubriste mi lado nocturno
mi silencioso paso a la postmodernidad
mi conjunto y totalidad certera
el canto escondido de lo veraz
el trastornado y lúgubre esqueleto de la historia de mis sentidos

Suena el asesinado y boceto
entre los ángulos de mi memoria
el movimiento de tus hombros
de un lado a otro
entre la multitud intoxicada de tu mundo
clarinete y explosiones alucinógenas
que se deslizan por la textura de tu recuerdo
violentado al amanecer
escondido tras tus ojos
entre las constelaciones de tu rostro

Repito la secuencia del olvido
Y siempre retorno al recuerdo






About the memory

By Gustavo H Martínez


The remember is a killer monster
A phantom whit shadows.
The animal of the memory, the beast, talk
about my self,
about your self.

I walk on a dark
and at the midnight
intoxicate me
of your poison.

…And the night are you.